La denominada 'Ley Antilaboral', que ha sido calificada como un obstáculo laboral por sus críticos, especialmente los sindicatos, introduce cambios significativos en el ámbito laboral.
Durante las discusiones en el Parlamento, los representantes de la oposición expresaron duras críticas al proyecto de ley. El partido de izquierda Syriza señaló que esta iniciativa permitirá a los empleadores contratar trabajadores sin derechos ni calidad de vida, catalogando el proyecto como 'lamentable' y perjudicial para los trabajadores.
Afirmaron que esta ley genera un estado de 'esclavitud' y subrayaron que la disposición que permite trabajar hasta 13 horas para los empleadores demuestra que el gobierno reconoce que los trabajadores no pueden subsistir con sus salarios actuales, acusándolos de favorecer a los empresarios y de no proteger los derechos laborales.
El proyecto de ley también ha sido objeto de críticas en la sociedad civil y se han llevado a cabo protestas en su contra. El Ministro de Trabajo, Adonis Georgiadis, respondió a las críticas de la oposición y acusó a los líderes sindicales de convocar una huelga sin ningún respaldo, defendiendo la ley impulsada por el partido gobernante Nueva Democracia.
Por ello, todas las fábricas han funcionado hoy", argumentó Georgiadis y afirmó que este proyecto de ley no elimina la semana laboral de ocho horas ni la de cinco días, sino que simplemente permite una mayor flexibilidad para fomentar el mercado laboral.