Miércoles 30 de agosto. Hoy se celebra el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, una ocasión que se dedica a honrar la memoria de aquellos que han sido víctimas de este terrible crimen. También se aprovecha para promover el derecho a conocer la verdad detrás de estas desapariciones y para destacar las medidas necesarias que deben implementarse para asegurar que los responsables no queden impunes.
La desaparición forzada hace referencia a situaciones en las que individuos son detenidos, arrestados, secuestrados u otra forma de privación de su libertad por agentes estatales o grupos que actúan con el respaldo del Estado. Estos actos son seguidos por la negación de su detención o la ocultación de su paradero, sacándolos de la protección de la ley. Esta definición proviene del artículo 2 de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas.
De acuerdo con el derecho internacional de los derechos humanos, la desaparición forzada, cuando es practicada de manera generalizada o sistemática, se considera un crimen de lesa humanidad. Además, se ha determinado en la jurisprudencia internacional que este delito es independiente y de carácter permanente, y tiene múltiples dimensiones.
El propósito de esta fecha es aumentar la conciencia global sobre la persistencia de la desaparición forzada perpetrada por Estados, que ha sido calificada como un crimen de lesa humanidad tanto por la Organización de los Estados Americanos (OEA) como por las Naciones Unidas (ONU). Organizaciones de derechos humanos aprovechan este día para educar y concienciar acerca de la importancia de preservar los derechos que los Estados deben garantizar a sus ciudadanos.